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Funcionarios de la DefensorÃa constataron que de los 350 reservorios que hay en Uribia, solo en uno hay agua.
En el marco de la crisis de agua que afronta el paÃs, y particularmente la Costa Caribe, una comisión de la DefensorÃa del Pueblo visitó varias comunidades indÃgenas de la media y alta Guajira, en donde la situación es especialmente difÃcil porque los recursos hÃdricos se están acabando ante el intenso verano.
De hecho, hay sectores en los que la supervivencia de la comunidad está en manos de los niños, como sucede en el rancherÃo Jellusira del corregimiento de Musichi, en jurisdicción de Manaure, donde los pequeños wayúu deben conseguirle agua a su familia.
Generalmente salen a las 6 de la mañana o al mediodÃa con un burro y dos pimpinas vacÃas. Se demoran hasta dos horas en llegar al rancherÃo más cercano, para pedirle a la autoridad tradicional que les regale agua. Si éste tiene que solventar las necesidades de su comunidad y sus animales, se las niega; pero si las circunstancias son favorables, lo hace, y el niño o niña que parte más temprano retoma el camino de regreso para volver a tiempo y que sus padres puedan preparar el almuerzo o la comida, según la hora.
Este rancherÃo es uno de los más afectados a pesar de estar a unos 40 minutos en carro de la cabecera municipal de Manaure. Lo habitan 40 niños y 35 adultos que viven en tres casas de bahareque en medio de un desierto cuyas condiciones son cada vez más penosas. Si no es por esas pimpinas de agua, no tendrÃan cómo sobrevivir.
En el área existen dos reservorios (grandes depósitos de agua lluvia para suplir las carencias en la infraestructura de servicios públicos), ubicados a unos 100 metros del rancho, los cuales han sido inútiles, tal como sucede con los 350 construidos en Uribia, de los cuales apenas uno tiene agua porque los demás se secaron y desde unos tres meses no tienen ni una gota.
Sin embargo, la crisis en Jellusira no es sólo de agua, también sufren por el alimento. A pesar de que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, les entregó kits básicos de comida, piden que les lleven más, pues no obstante estar a unos 5 kilómetros del mar, solo consiguen pequeñas cantidades de pescado, en ocasiones chivo y muy esporádicamente maÃz, del que también hacen el yagaus, una especie de caldo o chicha.
CaÃda de dientes y cabello
En la región es evidente la desnutrición, que no sólo afecta a los niños. A los adultos se les nota en la caÃda de sus dientes, y a los menores en la pérdida de cabello. En Uribia, el último censo indica que son 280.000 los habitantes del área rural, de los cuales hay un estimado de 17.000 niños desnutridos, según cifras preliminares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf.
En el municipio de Manuare hay 98 mil habitantes, según el censo de 2005, de los cuales el 65 por ciento están dispersos en la zona rural, donde no hay fuentes hÃdricas; de esa población se estima que hay 18 mil niños con problemas de desnutrición. En el caso de Riohacha, el Icbf visitó 147 comunidades y considera en su análisis que 2.065 niños, de 0 a 5 años, están desnutridos.
A raÃz de las enfermedades provocadas por la falta de agua y alimento, en La Guajira 23 menores de edad perdieron la vida el año pasado, mientras durante el primer semestre de 2014 fueron 15 los casos reportados, aunque la Superintendencia de Salud estima que hay subregistro porque las comunidades prefieren enterrar a los niños cerca de sus terrenos.
Los animales también han sido vÃctimas de este cÃrculo fatal. En una reunión del Delegado para Asuntos Agrarios y de Tierras con ganaderos de la región, se conoció que en los últimos tres meses han muerto 7.000 cabezas de ganado en todo el departamento. Y aunque no tienen una cifra especÃfica, estiman que el 10 por ciento de los chivos que habÃa en la región han fallecido por la falta de agua y por ende, de comida.
Para algunas de las comunidades han sido nueve meses y en otras dos años en los que no ven caer la lluvia. Para proveerse de agua algunos, como en el rancherÃo Casutalán, donde hay unas 100 personas, construyeron un pozo artesanal al que dejan caer un tubo de PVC de unos tres metros que se llena de agua y luego lo halan con una cuerda para extraer el agua del pozo natural, la cual al salir presenta coloración gris y caracterÃsticas de suciedad, pese a lo cual es llevada en baldes hacia las viviendas. Los niños que juegan fútbol mientras los adultos se dedican a sacar el lÃquido, beben el lÃquido en esas condiciones, por lo cual muchos han enfermado y y presentan sÃntomas como diarrea y vómito.
El panorama es aún más grave, si se tiene en cuenta que en La Guajira solamente hay centros médicos de primer y segundo nivel de complejidad y que cerca de las rancherÃas no hay sitios para la atención de las comunidades indÃgenas, para las cuales resulta casi imposible salir a un pueblo, a no ser que llegue algún vehÃculo para trasladarlos.
Y es que incluso los carrotanques que salen desde la AlcaldÃa de Uribia tienen que hacer recorridos de 4 a 7 horas para llevar agua a los rancherÃos. Cada dÃa, de la planta de tratamiento de agua de este municipio salen de 40 a 60 carrotanques que buscan solucionar en parte la sequÃa, como se lo informaron autoridades de Manaure a la delegada para los Derechos Colectivos y del Ambiente, al de asuntos Agrarios y Tierras, y a la defensora Regional en La Guajira.
Medidas urgentes
Debido a esta situación y a los pronósticos por la inminencia del Fenómeno del Niño que irÃa hasta marzo de 2015, la DefensorÃa del Pueblo solicitó al Gobierno Nacional y a las autoridades territoriales, realizar una intervención humanitaria de emergencia para que se diseñe y construya un sistema de pequeños embalses y reservorios de regulación hÃdrica, se entreguen kits alimentarios de forma oportuna y sistemática a la población, y se instaure un programa de suplementación alimenticia, que además de los pobladores cubra a los animales y signifique el aprovisionamiento de insumos para los cultivos.
La petición de la DefensorÃa del Pueblo a los Ministerios de Agricultura, Interior y Ambiente, asà como a Ingeominas, el Incoder, el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres y CorpoGuajira, incluye la construcción de pozos profundos para la extracción de aguas subterráneas y obras para rehabilitar los reservorios de agua, debido a que entre septiembre y octubre habrÃa una temporada corta de lluvias que pueden ser almacenadas.
También se pidió poner en funcionamiento el Proyecto Multipropósito RÃo RancherÃa, que es una represa en donde hay agua que podrÃa proveer a nueve municipios de La Guajira, pero al que le hace falta la construcción canales de distribución hacia los acueductos y distritos de riego.
Ello se complementarÃa con el diseño e implementación de proyectos productivos para generación de ingresos y seguridad alimentaria, y alivios financieros para créditos que beneficien a los afectados, asà como incentivos de capitalización y apoyos financieros para los productores afectados.